martes, 28 de enero de 2014

Cuélebres

El cuélebre representa la figura del dragón y es considerado el guardián de grandes riquezas prohibidas poseídas por las minas o templos de Gaia. Cuentan las antiguas leyendas que algunos eran domados para ser usados como medio de transporte, pero esta posibilidad es considerada muy poco creíble y remota debido al carácter salvaje e indómito de dichos seres.

Desde siempre han habitado las actualmente denominadas Tierras Libres, concretamente las cordilleras del Picu de Bulnes. Habitualmente vivían en cuevas, como bien se ha descrito, custodiando tesoros y riquezas de gran valor durante cientos de años. Al llegar a la edad adulta, sus escamas se tornaban más pesadas por lo que llegaba un momento en el que no podían alzar el vuelo, así que se llevaban la riqueza que guardaban consigo. Fieles a sus creencias, serpenteaban por dichas montañas hasta alcanzar el mar de Lathenia, dispuestos a morir en el Cementerio de los Cuélebres, portando las fortunas prohibidas con ellos y evitando así que cayeran en malas manos.

Normalmente se alimentaban de ganado, o de algún que otro individuo curioso y ambicioso que fuera en su busca. El cuélebre emitía silbidos terribles, tan agudos que podían producir sordera o algún daño interno para aquel que lo escuchase.

Cuando la Gran Guerra estalló, muchas criaturas ansiosas y ávidas de poder saltaron las montañas, exterminando a los pocos cuélebres que cumplían con su honorable misión. La mayoría de las riquezas se hallan en paradero desconocido y las restantes siguen perdidas en el gélido, fantasmagórico e impenetrable cementerio.

A día de hoy los cuélebres son venerados como una efímera leyenda, pues pocas personas quedan con vida que testifiquen haber visto alguno. Aunque lo que pocos imaginan es que Lathenia todavía da vida a uno de ellos, que vaga libre y sin cadenas.

Información obtenida y basada en la mitología asturiana. Ayuntamiento de Ribadesella

"El cuélebre es una figura mitológica muy destacada. Era un personaje fantástico al que la gente le tenía mucho miedo y respeto, pues su aspecto era siniestro.

Aparece en muchas versiones del mito vigilando grandes riquezas para que no las roben. En algunos casos el mito se manifiesta asociado a las tradiciones orales de la xana, ninfa de agua que resulta estar vigilada o prisionera del cuélebre, esperando a que alguien la libere y la desencante.

Vive en cuevas, lugares de espeso y difícil acceso y es peligroso para las personas. Para defenderse de él, hay que engañarle y matarlo dándole de comer una piedra al rojo vivo y un pan de boroña lleno de alfileres. 

De acuerdo con la tradición asturiana, después de muchos años de vivir en sus cuevas y profundidades, al envejecer y ponérseles las escamas muy duras, los cuélebres se hunden en el fondo del mar, donde reposan vigilando fabulosas riquezas submarinas."

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