La Avaricia (Alsan Keith)

Nombre y apellido: Anteriormente Alsan Keith.

Raza: Pecado capital, anteriormente humano.

Sexo: Hombre.

Edad y fecha de nacimiento: 500 años aproximadamente, pero aparenta algo más de 30 años. 12 de octubre.

Lugar donde reside: Desconocido.

Familia y parentescos: Desconocidos.

Arma que usa: Mandoble de hoja ancha.

Fortalezas: Es Hábil con las monedas y un negociador sin rival. Su mera presencia provoca sentimientos de avaricia.

Debilidades: Su obsesión por el oro, la plata y los metales preciosos roza la locura.

Rasgos psicológicos: Arrogante, frío y calculador. Menosprecia a cualquier ser vivo, pues para él las cosas materiales tienen mucho más valor.

Avatar: Jonathan Rhys-Meyers.

Twitter: @AvarusAlsan

Biografía: En los tiempos en los que Libra apenas comenzaba su desarrollo, los humanos juraron lealtad a diferentes señores feudales. Lord Siger Keith era uno de los más ricos y poderosos, y parecía tener toda la felicidad que un hombre pudiera tener. Uns esposa que lo amaba, y que lo había bendecido con un hijo, Alsan, y una hija, Myra. Pero era demasiado aficionado al despilfarro y al mal reparto de su riqueza. Tan desastroso fue su gobierno que en cuestión de pocos años su ruina parecía inevitable.

Ante tan desesperada situación, los demás señores comenzaron a aprovecharse de su debilidad, prometiendo préstamos que sabían que el ahora empobrecido Keith nunca podría devolver.

La tragedia de esta situación se produjo cuando otro de los ricos señores feudales exigió a Keith el pago de las deudas contraídas. Incapaz de poder pagar, realizó un acto terrible y desesperado: vendió a unos traficantes de esclavos a todos sus súbditos, e incluso a su propia familia para poder saldar las cuentas (en aquella época la esclavitud vivía sus últimos años).

El joven Alsan, horrorizado ante los actos de su padre, no pudo sino ver impotente cómo era separado de su madre, y cómo ella y su hermana eran vendidas como simples posesiones, al igual que él. El que habría sido un gran señor ahora era vendido como un simple objeto por el hombre que debería haberlo amado y cuidado.

Nunca más volvió a ver a su familia, y él mismo fue entregado a personas a las que debía llamar "amos". Fue entonces cuando su mente se quebró por el dolor, y pronto comenzó a creer que el dinero y las riquezas valían mucho más que las personas. Y deseó tenerlas, pues si tan valiosas eran... ¿No las merecía él, que tan injustamente había sufrido?

Ante su deseo, la Avaricia lo encontró. Le dio fuerzas, le prometió riquezas e inmortalidad para disfrutarlas, y lo único que le pidió a cambio fue su obediente sumisión. En cuanto el muchacho pronunció "sí", Alsan Keith dejó de existir, y la Avaricia rompió sus cadenas cuando la esclavitud fue abolida.

Nada le interesaba ya que no fuese oro y poder, y cuando regresó al que había sido su hogar, fue la Avaricia, combinada con el conocimiento de su ahora desierto castillo, lo que le llevó a encontrar de nuevo a su padre, y acabar con su vida.

Fue entonces cuando en las arcas de su padre, encontró las míseras cincuenta monedas que habían sido el precio de su venta y la de su familia. Y comprendió que el valor de esas monedas era mucho mayor que las de el hombre que, por dolor, cobardía y avaricia, había sido incapaz de gastarlas. Cinco siglos han pasado, y ni una sola de esas cincuenta monedas, las cuales dicen que atesora, han sido utilizadas jamás.

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